Hay algo en el verano que transforma la noche. Las calles se llenan de luz aunque el sol ya no esté, el aire huele a perfume mezclado con calor y promesas, y todo el mundo parece tener la misma idea: salir, beber algo frío y dejar que la noche decida el resto.

Yo lo he vivido demasiadas veces como para no reconocerlo. Esa sensación de libertad cuando el reloj marca las diez y aún no has cenado, pero ya estás pensando qué vas a pedir en la primera ronda. Salir de noche en verano no es solo un plan, es una forma de respirar. Y si lo acompañas con las bebidas que mandan esta temporada, el éxito está más que asegurado.

 

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El cóctel empieza en tu cabeza

Todo arranca con una duda tan deliciosa como inevitable: ¿qué me voy a tomar esta noche?

Porque sí, hay clásicos que nunca fallan, pero el verano siempre trae sorpresas. Mezclas nuevas. Combinaciones que no sabías que necesitabas. Y tú estás ahí, dispuesto a probarlo todo, como debe ser.

Uno de mis grandes descubrimientos este verano ha sido el gin con pomelo y albahaca. Refrescante, ácido, con un toque verde que limpia el paladar y te deja listo para lo que venga. Es uno de esos tragos que te hace sentir más guapo de lo que eres y más suelto de lo que sueles estar. Y no te voy a mentir: funciona.

Pero si eres más de cosas dulces, este año lo vas a gozar con los mojitos de sabores. Mango, maracuyá, sandía… Da igual el sabor que elijas, lo importante es el ritual: vaso ancho, hielo hasta arriba, menta, fruta fresca y el primer sorbo que te dice “esto va a salir bien”.

Camarera en el Tula

Las bebidas refrescantes que más se están pidiendo (y por qué) De todo y para todos.

No es solo cosa mía. He ido preguntando por ahí, observando barras, escuchando pedidos, y estas son las bebidas del verano que están marcando el ritmo en las noches más calientes de la ciudad:

  • Spritz de frutas rojas: para quienes quieren algo fresco, ligero y que entre solo.

  • Caipiriña con piña: Brasil meets Caribe. Es verano líquido. La piña en zumo

  • Vermut con hielo y naranja: el revival que nadie vio venir, pero que todos agradecemos.

  • Cerveza sin alcohol bien fría: porque salir no siempre implica pasarse, y a veces el plan es durar toda la noche.

  • Tequila con lima y tónica: atrevido, cítrico y directo al punto.

  • Mojito clásico: el refresco cubano que nunca pasa de moda, con su mezcla perfecta de hierbabuena, limón y un toque de azúcar.
    Gin tonic de frutos rojos: una versión moderna del clásico, con un giro afrutado que despierta los sentidos.

  • Sangría blanca con melocotón: una alternativa ligera y frutal a la tradicional, ideal para esos días de calor en los que solo se sueña con la playa.

  • Cóctel de maracuyá y coco: un deleite tropical que transporta a lugares exóticos con cada sorbo.

  • Frescolita de pepino y albahaca: una opción refrescante y herbácea que sorprende por su originalidad y frescura.

  • Piña colada sin alcohol: el placer del Caribe sin las preocupaciones del día siguiente, perfecta para disfrutar en buena compañía.

  • Margarita de fresa: un clásico renovado que combina lo mejor de la lima con la dulzura de la fresa, ideal para celebrar cualquier ocasión.
    Con estas opciones, cada encuentro se convierte en una fiesta, y cada sorbo, en una experiencia única. ¡Salud!

Cada copa tiene su momento. Hay bebidas para romper el hielo, otras para bailar sin preocuparte por nada, y otras que solo tienen sentido a las tres de la mañana, cuando ya has bailado más de lo que imaginabas y te estás preguntando si deberías mandar ese mensaje que no deberías mandar.

Tienes otras opciones como limonada con jengibre, horchata, té helado con zumo de limón, un batido cremoso con yogur o un granizado, un smoothie. Todas bebidas de estilo veraniego para refrescarnos.

Ya sea de estilo casero o preparado en un bar, lo importante es disfrutar del verano.

Y algunas hasta tiene vitaminas.

Cerveza y patatas en Casa vieja

Lo que pasa cuando decides salir en verano.

Salir en verano es fácil. Solo tienes que dejar de pensarlo. Las noches son largas, las terrazas están llenas, y la ciudad se transforma. Hay algo magnético en caminar con tu grupo (o solo) sabiendo que algo está a punto de pasar. Que el siguiente giro de esquina puede llevarte a un nuevo sitio, a una nueva canción, a una nueva historia.

Porque sí, las copas están bien, pero lo que de verdad hace que salgas cada fin de semana no es el trago. Es lo que ocurre mientras lo tomas. Las miradas que duran un segundo más de lo normal. Las conversaciones en la barra con desconocidos que acaban siendo parte de tu noche. Ese DJ que parece haber leído tu mente. Las risas. El sudor. La pista. El brindis improvisado con alguien que no conocías hace diez minutos.

Eso es verano.

Salir no es gastar, es invertir (en recuerdos)

Más de una vez alguien me ha dicho “¿otra vez vas a salir? Eso es un dineral”. Y yo siempre contesto lo mismo: hay cosas que no puedes comprar, pero que se consiguen con una copa en la mano y la actitud adecuada.

Salir es coleccionar momentos. Es ese lunes en el que te ríes solo en el metro al recordar algo que pasó el sábado. Es conocer a alguien que te cambie el mes. Es volver a casa con los zapatos en la mano y el corazón encendido.

Es invertir en vivir. Y eso, amigo mío, no tiene precio.

Interior de Bodeguita con unos chicos con copas

¿Y tú, qué vas a pedir esta noche?

No hace falta que planees demasiado. Ponte guapo, elige tu bebida del verano favorita y sal ahí fuera a ver qué pasa. La ciudad está en su mejor versión y tú no puedes perdértelo.

Bares y discotecas de Madrid están listos para hacerte olvidar el calor. Solo tienes que salir a buscar tu copa y tu historia.

 

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