Salir sin beber es posible. Además, nada impide que pueda ser tan divertido o más que hacerlo bebiendo. No en vano, son numerosas las personas que salen por la noche y no toman ni una gota de alcohol.
Se trata de una postura tan respetable como ir de fiesta y beber alcohol. Siempre recomendamos, por otra parte, hacerlo sin perder la responsabilidad. Ambas posiciones tienen cabida en nuestros locales para fiestas.
Hemos de recordar que en nuestras instalaciones es posible reservar una barra, una planta, una zona acotada o incluso todo el espacio en exclusiva. Cómo se organiza la fiesta privada es una decisión que pertenece a quienes vais a disfrutar de ella, ya sea con o sin alcohol de por medio. Por nuestra parte, ponemos los recursos oportunos para desarrollar el evento que sea menester.
A continuación, explicamos algunas alternativas de entretenimiento sin beber que se pueden plantear en nuestros espacios.
Sugerencias para pasarlo bien sin beber
En primer lugar, cabe la posibilidad de organizar torneos de juegos de mesa. Desde clásicos como el parchís y el ajedrez a los videojuegos más modernos, pasando por las cartas o los juegos de rol más de moda.
Montar unos campeonatos de este estilo permite a los asistentes al evento competir entre sí e instaurar un pique sano. Cuando acaben las competiciones, podemos entregar copas y medallas a los participantes.
Otra idea que podemos plasmar es la de organizar una sesión de karaoke. No importan los niveles ni las puntuaciones de los jurados virtuales o físicos, lo relevante es la capacidad de pasárselo bien cantando los temas favoritos de cada participante o los más populares. Es una buena manera de romper el hielo en estas fiestas. ¡Que todo el mundo pase por el micrófono!
Otra bonita forma de interactuar es la de proponer una rueda de anécdotas por la que tenga que pasar cada uno de los presentes. Por ejemplo, se pueden contar historias de la persona homenajeada en un cumpleaños o una despedida, o sobre ellos mismos. Se trata de un modo de conocernos mejor entre todos e integrar a los invitados.
Programar una sesión de vídeo también es un plan interesante. Podemos ver una película que agrade a los convidados y llevar a cabo un cinefórum cuando haya terminado. Asimismo, llamará poderosamente la atención el clásico vídeo con imágenes del protagonista de un evento, como las típicas de la infancia o con los amigos.
Poner música cuando vamos de fiesta y bailar a su compás no son opciones incompatibles con una tarde o noche abstemia. De hecho, podemos aprovechar que no habrá nadie en estado de embriaguez para dar un paso más en las habilidades a la hora de bailar.
Se escogerán músicas de distintos géneros y se propiciarán cambios de pareja. Este formato también posibilitará elegir como ganadores a quienes mayor pericia hayan demostrado.
En definitiva, salir sin beber y pasarlo bien son dos conceptos perfectamente complementarios. Pero para que este formato de fiesta pueda triunfar hay que encararlo con ganas e imaginación. Nosotros ponemos el resto.