Cuando sales a tomar algo por tu ciudad, tienes siempre varias opciones de bebidas para consumir. Y las cervezas artesanales son una de las alternativas que están más en auge.

Porque no nos engañemos: la cerveza, como bebida, forma parte de la cultura mediterránea, tiene su lugar en nuestras vidas. Pero la cerveza artesana ha revolucionado el mercado y se ha hecho un hueco, consolidando su consumo y creando fieles seguidores que no quieren beber otra cosa. ¿Y eso por qué?

Muy sencillo: la cerveza artesanal, o microcervecería, se produce en cantidades limitadas, y sus dueños son independientes. Ellos lo que quieren es que su cerveza sea diferente, usan ingredientes nuevos para darle un sabor único y la técnica de fermentado se cuida mucho. Todo ello sólo para conseguir un producto de calidad impecable.

Diferencias entre las cervezas artesanales y las industriales

Para entender a aquellos que consumen cervezas artesanales en Madrid, debemos saber primero las diferencias que hay entre ambas. No es que una sea peor y otra mejor, sino que se buscan cosas diferentes y clientes distintos.

– Las cervezas artesanales se elaboran con ingredientes naturales, no llevan aditivos artificiales como los antioxidantes, ni conservantes. En cambio, las cervezas industriales se pasteurizan, contienen conservantes y en muchas ocasiones llevan aditivos como mijo, arroz o maíz, lo que afecta a la calidad de la cerveza negativamente.

– La producción de la cerveza industrial parte de una receta estándar muy básica y estudiada, pero se lleva a cabo con ingredientes y procesos que se procura que tengan el menor coste posible. En cambio, la cerveza artesanal se hace a través del método de ensayo y error, y cada maestro cervecero elabora su propia receta que la hace única.

– La maquinaria apenas se usa en el proceso de elaboración y el filtrado de las cervezas artesanas. En el mundo de la cervecería industrial se usa mucha maquinaria, incluso filtrados químicos, que provocan la pérdida de propiedades, gusto y aroma.

– En cuestión de sabor y aroma, las cervezas artesanales buscan la perfección, elaborar un producto de calidad hecho con ilusión. La industrial no persigue ese objetivo: pretende reducir costes, ganar beneficios, posicionar marcas, aunque de vez en cuando hagan ediciones especiales de precio algo más elevado y mejor calidad.

– Las cervezas industriales están concebidas para el consumo masivo, pensando incluso en la expansión de la marca y la exportación, algo que no interesa a las microcerveceras. Son partidarias de la proximidad, esperan que su crecimiento sea menor, porque son pequeñas y medianas empresas. No buscan una expansión a gran escala. La producción es limitada, no quieren que el producto final salga perjudicado. Si hay crecimiento, es controlado y moderado.

¿Y en qué nos beneficia este auge?

Lo mejor de este crecimiento es que, mientras hace unos años costaba mucho encontrar un lugar dónde tomar cervezas artesanales, a día de hoy es bastante fácil hallar este tipo de producto, y la previsión es que el consumo de esta cerveza siga creciendo. La existencia de bares especializados en los que prácticamente sólo se sirve esta bebida hace que la gama siga creciendo.

¿Te atreves a probar una?