Todos hemos pasado por las 8 fases de una noche de fiesta. Con más o menos éxito hemos sobrevivido para contarlo o para escuchar lo que hicimos y no recordamos.

Fases de una noche en la discoteca

Al inicio todo va bien pero… ¡cuidado! Porque es allí donde puede que empiecen los desvíos de la idea que teníamos antes de ir a la reunión.

Los estados emocionales de la noche

Los chicos convocan por Whatsapp con cualquier motivo: un cumpleaños, un premio que se ha ganado alguien, una promoción o simplemente porque es viernes. “Esta noche se lía”, piensan todos.

– Ilusión

Es la primera emoción, pues queremos pasarla muy bien, conocer un nuevo local de moda y tomar esos cócteles que nos han descrito como insuperable. Y… ¿ligar? ¿Quién sabe?

– Preocupación

¿Qué me pongo? Es la frase que chicos y chicas tienen en mente. Ellas querrán estrenar esos zapatos pero están nuevos y puede que hagan daño al bailar. Ellos están conscientes que en ropa deportiva no siempre hay acceso a los locales, y entonces escogen una camisa.

– El local

Por fin entráis al sitio escogido. Es electrizante: luces, animación, temazos musicales y mucha, mucha gente. Y llegan los primeros cócteles, con lo que las risas y la alegría aumentan.

– El baile

Ya entusiasmados por la bebida todos piensa “la pista es mía” y forman parejas. Las picardías y los achuchones van y vienen y no falta quien quiera probar o improvisar un paso original. Es uno de los mejores estados emocionales de la noche.

– El cariño y el amor

Al rato alguno empieza a ponerse muy cariñoso con su mejor amigo y le dice cosas como “tío, de verdad verdad te aprecio mucho, mucho”, “antes me caías mal pero ahora te considero lo mejor que hay”. Y las chicas empiezan a recibir alguna que otra confesión de esas que ya conocen de memoria, o alguien les canta susurrando al oído.

– El equilibrio

En algún momento se pierde el equilibrio. Literalmente, alguien se cae al suelo, derribando lo que estaba enfrente. O es el equilibrio mental: cantar desafinadamente, discutir sobre política, arreglar la economía en tres fáciles pasos “… que te lo digo yo”.

– La verdadera personalidad

Aparece el que cuenta chistes pero que los olvida a la mitad, el que quiere enseñar a todos el baile de su pueblo, el viajero que rememora sus lugares favoritos y el incomprendido que se queja de que nadie lo quiere. Es una de las más divertidas fases de una noche en la discoteca, especialmente para los que conservan la cabeza en su sitio.

– El desenlace

Ahora surge otro personaje, el autosuficiente. “yo cojo el coche, que vosotros…” o “No: pago yo y ya está, ¡no se hable más!”. Por fin hay que entrar casa tratando de encontrar el ojo de la cerradura sin encender las luces. Y al día siguiente, lo primero, hay que contactar a los demás a ver si ellos recuerdan… ¿qué pasó anoche?

Las fases de una noche de fiesta son parte de los recuerdos que entretejen las amistades. Son esos momentos compartidos que nos unen a la gente que queremos.